Entrevista a Vladimir Borachock, Ex-trabajador de Radio Liberty de Pals |
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Reportaje
realizado por Isaac Issy 17/04/2019
El pasado 9 de Abril, Vlad cumplió 95 años y el intérprete ucraniano sigue haciendo su rutina diaria en bicicleta y tocando su característico violín. Padre de tres hijos y con cinco nietos, Vladimir reside en la Costa Brava y recuerda con cariño sus años dorados en la Emisora. Nos citamos en la tienda ‘My Victorian’ de Palamós, propiedad de la nieta de uno de los grandes amigos de Vlad en el reemisor de la Playa de Pals, Ferenc Mányik.
El placer es mío (sonríe junto a un fuerte apretón de manos). Bueno, yo llegué a España en el año 1951. En 1944, dije a mi madre que me iba de casa durante tres días para hacer un curso, pero al ver la situación de mi país no podía volver y entonces me fui a Alemania. Estando ahí, había muchos ucranianos y todos elegían ir a Estados Unidos, pero yo decidí terminar mis estudios en España. Podía ir a América, pero cuando estaba en Múnich me surgió la posibilidad de venir a España para terminar mi carrera de románicas. Entonces, en Madrid vi la oferta de Radio Liberty de que buscaban traductores para su centro emisor en España. Me citaron en un hotel y tras una prueba me seleccionaron. Fue el inicio de mi historia con la emisora de Pals.
Estuve del 1961 al 1989. Se da la casualidad que el mismo día en el que cayó el telón de acero fue el de mi jubilación.
Si, yo traducía 6 idiomas. Las traducciones eran para que el gobierno español supiera todo lo que se emitía, especialmente si se hablaba de España, claro. Todos los programas venían grabados en cintas desde Múnich en 17 idiomas. En la sala Ampex de Pals había los reproductores para las cintas. Algunas veces se grabaron las cintas por teléfono en Barcelona, también teníamos un estudio de grabación por si no llegaban las cintas a tiempo con la programación. En la última época, todo se hacía vía satélite. Emitíamos programas de cultura, música, poesía, había mucho contenido maravilloso.
¡Sí señor, así es, correcto! Desde Pals emitíamos con más de un millón de vatios saliendo de los transmisores, algo que nadie jamás consiguió en el mundo. La emisión caía con mucha fuerza sobre Moscú y era imposible interferirla, nos escuchaban millones de personas, para eso contábamos con varios transmisores de 250 kilovatios, aquella era una cosa técnicamente extraordinaria.
Europa dependía entonces económicamente de Estados Unidos, y para transmitir un mensaje de liberación hacia los países del Este que sufrían opresión, decidieron crear el nombre de Radio Europa Libre como un mensaje esperanzador dirigido a todos esos pueblos.
Era muy difícil en aquellos momentos, pero le digo que mis hermanos escuchaban Radio Liberty de Pals escondidos en los bosques de nuestra ciudad en Ucrania. Tardé 48 años en volver a mi país desde aquel día que dije a mi madre que me iba para tres días.
Había socialmente condiciones muy buenas a nivel de vida. En mi caso concreto tenía ‘medio buen sueldo’, yo traducía seis idiomas. Los técnicos si ganaban más dinero. Pero lo más importante para mi era que hiciéramos llegar el mensaje de esperanza a la gente que estaba en la URSS.
Por supuesto. La Emisora de Pals ayudó a derrocar el muro de Berlín. Repito, lo más importante para los que ahí estábamos era que nuestros mensajes llegaran diciendo la verdad, si había un fracaso en cualquier lugar del mundo lo teníamos que contar aunque doliera. Se cumplió con un deber de carácter universal, dimos la esperanza a los pueblos que sufrían. Radio Liberty de Pals fue quién mantuvo informado a Gorbachov en 1991 durante su retención en Crimea cuando los comunistas intentaron el golpe de Estado.
Un prodigio de ilusiones realizadas y del destino donde he experimentado la libertad de compartir mi vida con los que yo he querido. En Pals he disfrutado y he sido muy feliz, ha sido como un sueño hecho realidad.
Muy bueno, aún cuando nos encontramos nos abrazamos y recordamos momentos. Radio Liberty de Pals era una familia, había mucha convivencia entre todos los compañeros, allí teníamos comidas y lo que necesitásemos las 24 horas del día. Había tres turnos y nunca nos faltaba de nada, nos ayudábamos entre todos, fueran compañeros de transmisores o de cocina, también teníamos una biblioteca, hacíamos actividades durante las navidades, éramos una gran familia.
Si, por motivos políticos. Desde que murió Franco siempre se rumoreó el cierre de la estación, incluso emitimos durante unos años con la concesión de los terrenos ya expirada hasta que se renovó, pero la realidad es que estuvo abierta hasta que un día los americanos decidieron cerrarla de la noche a la mañana. Para mi esta decisión fue un error.
Si, lo recuerdo perfectamente, aquellas antenas eran un tesoro, lloramos todos los que allí estábamos, fue un día muy triste, no hay palabras. Toqué mi violín en el campo de antenas para despedirme unos días antes de la demolición, fue muy emocionante. Estas antenas se debían haber conservado para los turistas y para estudios, eran un tesoro (Vlad se emociona, se toca el pecho y se echa a llorar recordando aquel momento).
Sí, muchísima. Para mi la Emisora de la Playa de Pals es una estrella mundial dentro de los acontecimientos de la era moderna.
Totalmente. Debían haber conservado todo lo que allí había, fue la esperanza para millones de personas durante los años de la Guerra Fría. Es inexplicable como se ha podido destruir este lugar tan mágico. Me gustaría que en un futuro se le dedicara un espacio para que no quedara en el olvido la labor que ahí hicimos.
Me ha hecho mucha ilusión este rato tan agradable, te felicito por toda la gran labor que hacéis con el museo virtual de Radio Liberty de Pals y por dar a conocer su maravillosa historia, mando un saludo a todos los seguidores. Seguid así y adelante (Nos damos un abrazo con otro fuerte apretón de manos y nos despedimos). |